AHORA NOS TOCA A
NOSOTROS
"Dadme el control sobre la moneda de una nación y no tendré por
qué preocuparme de aquellos que hacen sus leyes”
Mayer Amshel Rothschild (1743-1812)
Estimado lector, me niego a reconocer
que la culpa sea mía o tuya. Rechazo contundentemente haber vivido por encima
de mis posibilidades como dicen los
“sesudos” expertos de última hora y haber colaborado en poner en grave peligro
la economía española.
En mi caso (y casi con
seguridad en el tuyo) he trabajado de manera honrada, pagado mis impuestos
municipales, regionales y estatales en tiempo y forma; por lo tanto no he sido
yo quién haya defraudado a la Hacienda Pública, trabajado en la economía
sumergida o adquirido bienes y servicios que no haya o esté pagando en tiempo y
forma.
Los que gobiernan el mundo lo
tienen claro y llevan tiempo poniendo en práctica las llamadas “Armas silenciosas para guerras tranquilas”.
En un documento filtrado hace años hacen referencia a una estrategia global
para mentalizar a los gobiernos de la imperiosa necesidad de tomar una serie de
medidas para conseguir doblegar a los ciudadanos, sean del signo que sean.
No se sonrojan cuando escriben que: “Con el
fin de alcanzar una economía totalmente predecible, los elementos de las
clases inferiores de la sociedad deben ser llevadas a un control total, es
decir puestas en la calle, sometidas al yugo, y asignadas a un deber social de
largo plazo desde una edad temprana, antes de que tengan una oportunidad de
hacerse preguntas o cuestionar sobre la propiedad de la materia”
Pero claro, para conseguir esos objetivos
necesitan que,
“la célula familiar de las
clases inferiores debe ser desintegrada por medio de un proceso de aumento de
las preocupaciones por parte de los padres”. La calidad de la educación dada a
las clases inferiores debe ser de la más pobre, de manera que la brecha de la
ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases superiores sea y
permanezca incomprensible para las clases inferiores.
Con
tal discapacidad, los mejores elementos de las clases inferiores tienen poca
esperanza de extirparse del lote que les ha asignado en la vida. Esta forma de
esclavitud es esencial para mantener un cierto nivel de orden social, paz y de
tranquilidad para las clases superiores dirigentes. En consecuencia, el arma silenciosa es un tipo de arma biológica.
Ella ataca la vitalidad, las opciones y la movilidad de los individuos de una
sociedad, conociendo, entendiendo, manipulando y atacando sus fuentes de
energía social y natural, así como las fuerzas y debilidades físicas, mentales
y emocionales.
Jean Paul Marat (1743-1793)
dejó escrito que “Las
revoluciones empiezan por la palabra y concluyen por la espada”. Han
cometido el error de dejar por escrito sus objetivos y los métodos a emplear y
aunque sea una utopía voy a iniciar “una guerra sin sangre” pero que me puede
ir la vida en ello.
Nos están moviendo el suelo bajo nuestros pies y si no nos movemos
conseguirán sus objetivos. Yo no pretendo descubrir América ni tampoco explicar
la formula del agua oxigenada, pero si todos hacemos lo mismo, seguro que
dentro de un periodo de tiempo razonable conseguiremos el objetivo de que se
tenga en cuenta nuestra opinión.
·
Yo
como primera medida entregaré en mi banco las tarjetas de crédito que tengo
contratadas por lo que dejaré de pagar las cuotas anuales y las comisiones
correspondientes que me cobran mensualmente en todas las operaciones.
·
Como
segunda medida, comunicaré a mi banco que iniciaré los trámites para pagar en
taquilla todos los meses los recibos de la luz, gas, teléfono, basura, viñeta,
IBI, etc.
·
Retiraré
la mitad de mis ahorros y avisaré de que anularé la cuenta en su totalidad si no
se me abona un % superior y si no se aumenta la plantilla para atender
adecuadamente a los clientes.
·
Solo
llenaré el depósito de gasoil de mi coche en las gasolineras que dispongan de
personal para hacerlo.
·
No
compraré en las grandes superficies que no dispongan de dependientes/as para
despachar las compras.
·
No
contrataré ningún Plan y/o Fondo de Pensiones.
·
No
compraré en las máquinas expendedoras de alimentos.
Inicio estas modestas siete reivindicaciones consciente de lo que
hago, pero que no te quepa la menor duda estimado lector que seguiré poniendo
trabas al sistema, porque éste no defiende si no que ofende a la inteligencia
de todos nosotros… ¿me sigues?
Jerónimo Blanco González
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