sábado, 26 de octubre de 2013

                                     AHORA NOS TOCA A NOSOTROS
"Dadme el control sobre la moneda de una nación y no tendré por qué preocuparme de aquellos que hacen sus leyes”
Mayer Amshel Rothschild (1743-1812)
Estimado lector, me niego a reconocer que la culpa sea mía o tuya. Rechazo contundentemente haber vivido por encima de mis posibilidades como dicen  los “sesudos” expertos de última hora y haber colaborado en poner en grave peligro la economía española.
En mi caso (y casi con seguridad en el tuyo) he trabajado de manera honrada, pagado mis impuestos municipales, regionales y estatales en tiempo y forma; por lo tanto no he sido yo quién haya defraudado a la Hacienda Pública, trabajado en la economía sumergida o adquirido bienes y servicios que no haya o esté pagando en tiempo y forma.
Los que gobiernan el mundo lo tienen claro y llevan tiempo poniendo en práctica las llamadas “Armas silenciosas para guerras tranquilas”. En un documento filtrado hace años hacen referencia a una estrategia global para mentalizar a los gobiernos de la imperiosa necesidad de tomar una serie de medidas para conseguir doblegar a los ciudadanos,  sean del signo que sean.
No se sonrojan cuando escriben que: “Con el  fin de alcanzar una economía totalmente predecible, los elementos de las clases inferiores de la sociedad deben ser llevadas a un control total, es decir puestas en la calle, sometidas al yugo, y asignadas a un deber social de largo plazo desde una edad temprana, antes de que tengan una oportunidad de hacerse preguntas o cuestionar sobre la propiedad de la materia”
Pero claro, para conseguir esos objetivos necesitan que, la célula familiar de las clases inferiores debe ser desintegrada por medio de un proceso de aumento de las preocupaciones por parte de los padres”. La calidad de la educación dada a las clases inferiores debe ser de la más pobre, de manera que la brecha de la ignorancia que aísla las clases inferiores de las clases superiores sea y permanezca incomprensible para las clases inferiores.
Con tal discapacidad, los mejores elementos de las clases inferiores tienen poca esperanza de extirparse del lote que les ha asignado en la vida. Esta forma de esclavitud es esencial para mantener un cierto nivel de orden social, paz y de tranquilidad para las clases superiores dirigentes. En consecuencia, el arma silenciosa es un tipo de arma biológica. Ella ataca la vitalidad, las opciones y la movilidad de los individuos de una sociedad, conociendo, entendiendo, manipulando y atacando sus fuentes de energía social y natural, así como las fuerzas y debilidades físicas, mentales y emocionales.
Jean Paul Marat (1743-1793) dejó escrito queLas revoluciones empiezan por la palabra y concluyen por la espada”. Han cometido el error de dejar por escrito sus objetivos y los métodos a emplear y aunque sea una utopía voy a iniciar “una guerra sin sangre” pero que me puede ir la vida en ello.
Nos están moviendo el suelo bajo nuestros pies y si no nos movemos conseguirán sus objetivos. Yo no pretendo descubrir América ni tampoco explicar la formula del agua oxigenada, pero si todos hacemos lo mismo, seguro que dentro de un periodo de tiempo razonable conseguiremos el objetivo de que se tenga en cuenta nuestra opinión.

·        Yo como primera medida entregaré en mi banco las tarjetas de crédito que tengo contratadas por lo que dejaré de pagar las cuotas anuales y las comisiones correspondientes que me cobran mensualmente en todas las operaciones.
·        Como segunda medida, comunicaré a mi banco que iniciaré los trámites para pagar en taquilla todos los meses los recibos de la luz, gas, teléfono, basura, viñeta, IBI, etc.
·        Retiraré la mitad de mis ahorros y avisaré de que anularé la cuenta en su totalidad si no se me abona un % superior y si no se aumenta la plantilla para atender adecuadamente a los clientes.
·        Solo llenaré el depósito de gasoil de mi coche en las gasolineras que dispongan de personal para hacerlo.
·        No compraré en las grandes superficies que no dispongan de dependientes/as para despachar las compras.
·        No contrataré ningún Plan y/o Fondo de Pensiones.
·        No compraré en las máquinas expendedoras de alimentos.

Inicio estas modestas siete reivindicaciones consciente de lo que hago, pero que no te quepa la menor duda estimado lector que seguiré poniendo trabas al sistema, porque éste no defiende si no que ofende a la inteligencia de todos nosotros… ¿me sigues?

                                             Jerónimo Blanco González


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