jueves, 1 de septiembre de 2011

Cambiando nuestra ciudad de Langreo


                 CONTAMINACIÓN LUMÍNICA Y AHORRO ENERGÉTICO


La concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Langreo apuntó que en el año 2010 se puso en marcha un plan de ahorro energético que “no dio el resultado esperado” por lo que hubo que destinar más dinero para sufragar el coste del alumbrado público.
Estamos hablando de un gasto de 1.056.000 euros que dicho así parece poca cosa para una ciudad de apenas  cuarenta y cinco mil habitantes, pero si digo que han sido 175 millones 703 mil 616 pesetas (175.703.616) entonces la cosa cambia.
Desde mi punto de vista es necesario acometer un estudio en profundidad cuyo objetivo sea conseguir un mayor nivel lumínico con un menor consumo de energía. El aumento de las peatonalizaciones en la ciudad y la instalación de muchas farolas (creo que de manera desproporcionada) hacen que se incremente la contaminación lumínica de manera considerable.
Desconozco si se han hecho los correspondientes estudios en cada calle que ha sido peatonalizada pero, la mejora de la eficiencia, el ahorro energético y la disminución de gases (CO2) así como limitar el deslumbramiento debe ser un objetivo prioritario.
Las calles quedan muy bonitas con farolas de todo tipo, pero luego hay que pagarlas, abonar su instalación y posteriormente su conservación y consumo… vamos lo que vulgarmente se llama “la dolorosa”.
Yo conozco una ciudad europea donde no existe ninguna farola colocada en las aceras, solo en los puentes, plazas y centros oficiales como hospitales, colegios, policía, y bomberos disponen de farolas y no precisamente en mucha cantidad.
Las aceras son para los peatones y prácticamente no existen obstáculos salvo alguna señal de tráfico, semáforos y alguna papelera cada 300 ó 400 metros. En la calle hay aparcamientos para bicicletas y motos y los coches generalmente aparcan en batería en casi toda la ciudad. Han conseguido un objetivo que en España nunca se ha intentado que sea, que peatones, coches, bicicletas, motos coches y tranvías convivan con muy pocos problemas.
Como anécdota te comentaré estimado lector que las farolas tipo Realia cuestan entre 750 y 2.382 euros según modelo. Las Neofernandinas van desde 260 hasta 334 euros, las Camprodón de 525 a 627 euros, las de modelo Globo de 151 a 243 euros unidad o la modelo Cartuja que cuesta 230 euros y estos son los precios según catálogo.
Si realmente lo que deseamos es que nuestro alumbrado público tenga una máxima eficiencia, bajo consumo, sea de larga duración y nos proporcione el máximo confort visual, dejemos que los expertos hagan su trabajo con estudios serios y responsables.
Si lo que deseamos es pagar lo menos posible en nuestra factura energética municipal, ¿Porqué no hacemos lo que han hecho en otras ciudades europeas que es simplemente suprimir las farolas por luminarias aéreas, colocadas lógicamente donde digan los expertos para conseguir el mayor nivel lumínico con un menor consumo de energía aprovechando los últimos avances de la tecnología LED?... perdón, perdón no soy un experto para opinar.

                                                   elllugarin.blogspot.com

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