martes, 2 de agosto de 2011

                                               MAESE PAULINO

Alejandro Quirós (q.e.p.d.)  cuando era un guaje y mientras le cortabas el pelo, además de decirte de carretilla los nombres de los porteros de cualquier equipo de fútbol “te espetaba”: Paulino, tú no eres peluquero, tú eres “Maese Paulino”.
En el 1890 tu abuelo Rodrigo ya regentaba un quiosco-peluquería cerca del Palacio Pinto además de ejercer de ebanista en Cangas de Onís. Tu padre y tus tíos Paulino, Atilano y Pelayo continuaron con la tradición familiar, fueron peluqueros.                                              
A los ocho años de edad te iniciaste en la profesión. En Arriondas abrías todos los días “por imperativo legal” a las seis de la mañana y cerrabas a las 11 de la noche. Tu padre te inculcó un principio básico para la profesión… la puntualidad.
Afeitarse costaba 0,40 céntimos y cortar el pelo 0,60. Eran tiempos difíciles, había personas que pagaban por meses, el coste era de 6 pesetas e incluía afeitado diario y dos cortes de pelo al mes.
En 1948 tienes que tomar una decisión importante, desplazarte como Oficial peluquero a La Felguera o Torrelavega y optaste por venir a nuestra querida cuenca del Nalón. Siendo todavía Oficial se te ocurrió llamar a un paisano y afeitarlo gratuitamente,  cuando acabó la jornada el jefe te pidió el dinero del servicio del afeitado que habías realizado, pagándolo de tu bolsillo. Lo seguiste haciendo durante muchos años (siempre gratis) este ciudadano al que hacemos referencia era nuestro entrañable Suso.
En los años 60 hiciste que la mayoría de los melenudos de La Felguera cambiásemos “de look” imponiendo la moda del corte de pelo a navaja. En la actualidad tus hijos han seguido la estela de tu tijera. Paulino tiene una peluquería en Gijón, Roberto ha puesto una Academia en La Felguera, Jorge en El Entrego, José Antonio en Mieres, María Belén regenta una peluquería de señoras en La Felguera y René te acompaña en La Felguera, si la que esta frente al Parque Viejo o como a ti te gustaba llamarlo Dolores Fernández Duro.
Toda una vida cortando el pelo, afeitando y escuchando al cliente, en definitiva un profesional y un amigo.
Se te ha ocurrido irte sin despedirnos. Nos faltaba una pequeña charla en la que me ibas a decir donde está el “pitu de la fábrica” para donárselo al Museo de la Siderurgia, que aunque estamos enfadados es donde debería de estar. Tengo que decirte que esta conversación la tendremos cuando me toque ir hacia donde tu estás ahora.
Paulino, no te preocupes por los clientes que están bien atendidos por René, pero también por tu nieto Cristian que de vez en cuando me corta a mí el pelo y tiene buenas manos mira por donde. Sabes que cada mes toca el arreglo del poco pelo que me queda y echamos unas parrafadas de las de antes, de tú a tú y ahora que el guaje no me oye te diré que tiene mucha sensibilidad y cultura.
Estimado lector sabes que a mí me gusta reconocer los méritos de las personas en vida porque de lo que se trata es que lo disfrute con su familia y amigos. Maese Paulino tiene en la peluquería desde hace  años el pergamino que está en la foto y que contiene este relato que ha sido publicado hace algún tiempo en los medios de comunicación.

                                Maese Paulino un abrazo  desde La Felguera


                                             


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