viernes, 6 de enero de 2012

                                                       LAS TRES ORILLAS

Me sirve perfectamente la definición que hace Wikipedia de la palabra “orilla” para iniciar este artículo, que es la continuación de otro cuyo título fue en su día “Las dos orillas”.
Estaba en la creencia (iluso de mí) que con el tiempo sanarían las heridas que en la lucha democrática nos habíamos infringido unos/as a otros/as; pero el tiempo no solamente no las ha curado si no que las llagas se han reabierto con virulencia.  
En la actualidad hay quienes defienden sin ningún rubor intereses espurios, algunos exigen compensaciones por los servicios prestados, otros reclaman un retorno dorado y han surgido nuevos grupos y/o alianzas impensables, con un objetivo claro, desbancar a los que pusieron orden en el caos que existía anteriormente… y mientras tanto la mayoría calla.
Pues bien, hace algunos años éramos como un bosque ripario o ribereño, teníamos una elevada humedad y cada poco tiempo sufríamos “inundaciones”. Se pasó de ser como la ribera de los ríos pequeños (donde aparecen muchos cantos rodados o sea regodones) a ser como la ribera del mar donde suele poseer  corales y conchas, pero parece ser que eso no interesa a quienes desde el anonimato difaman a varios dirigentes en las redes sociales y no tienen la valentía de criticarlos en las reuniones…  y mientras tanto la mayoría calla.
Es penoso oír sus argumentos. No interesa para nada debatir de cómo salir del atolladero en el que nos encontramos, del saneamiento de las cuentas o del aumento de la afiliación. Destilan odio en sus intervenciones y parece ser que son los únicos con la seriedad, rigor, ética y responsabilidad suficientes como para pedir explicaciones a los demás… y mientras tanto la mayoría  calla.
Tienen mucho que ocultar pero su soberbia no tiene límites. Acusan a los demás de todos los males conocidos, pero su estrategia es clara, molestar el máximo posible para conseguir su objetivo que es seguir manteniendo sus privilegios… y mientras tanto… la mayoría calla.
Yo debo de estar situado en “la tercera orilla” y no me doy cuenta de lo que está sucediendo a mi alrededor. Somos muchos los que nunca y repito nunca hemos pedido ni disfrutado de ninguna prebenda personal ni política, otros sin embargo en base a no sé qué méritos han estado durante años viviendo del cuento... y mientras tanto la mayoría calla.
Exigen más democracia interna y ocultan que cuando ellos estaban “en el poder” le negaron el pan y la sal a todo aquel/lla que no fuera de su cuerda; ahora que pueden expresarse con toda libertad se postulan como los liberadores de no sé qué dictadura.
Orilla o ribera es el borde de un cuerpo de agua que puede ser grande, como la orilla del mar, o pequeña, como en el caso de los ríos; yo mientras busco la tercera orilla, no callaré ¿y tú?
                                                                 

                                                 elllugarín.blogspot.com

1 comentario:

  1. Vaya por fin alguien que se va dando cuenta de que todo proyecto político tiene que basarse en reconquistar la confianza y no hay sitio mejor para empezar esa reconquista que los Ayuntamientos"Es el tiempo de abandonar el pesimismo, porque paraliza; es el tiempo de combinar acción con reflexión; es el tiempo de hablar de democracia, dentro y fuera de un partido. Es el tiempo de cambiar para ajustar políticas a las necesidades de los ciudadanos..es tu momento Jerónimo. Ánimo

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